jueves, 29 de octubre de 2009

Salvadoreños cierran calles en protesta por construcción de hidroeléctrica

27 de Octubre de 2009, 08:23pm ET
SAN SALVADOR, 27 Oct 2009 (AFP) -
Diferentes grupos de campesinos bloquearon este martes dos estratégicas carreteras en el norte y este de El Salvador en protestar por la construcción de represas para centrales hidroeléctricas, informaron fuentes policiales.
Una de las manifestaciones fue en la carretera Troncal del Norte, en el departamento de Chalatenango, 60 km al norte de San Salvador, para oponerse a la futura construcción de la represa El Cimarrón en ese departamento.
"La vía se mantuvo cerrada hasta avanzadas horas de la tarde, pero ya se restableció en el área de Chalatenango", declaró una portavoz de la Policía a la AFP.
'El Cimarrón', cuya construcción costará unos 600 millones de dólares, requerirá de un embalse de 15,3 km2 y aprovechará las aguas del río Lempa y de otros pequeños afluentes en Santa Ana y Chalatenango, en el noroeste del país, para generar unos 261 megavatios.
En tanto, en la carretera El Litoral, en el departamento de Usulután, 80 km al sureste de San Salvador, otro grupo de campesinos protestaba por la ya iniciada construcción de la central hidroeléctrica 'El Chaparral', con la que se espera generar 65 magavatios.
Para restablecer el tráfico automotor en la vía El Litoral tuvo que intervenir la Procuraduría de los Derechos Humanos y la Policía Nacional Civil (PNC).
"Somos de la idea que el manifestarse es un derecho, pero también la libre circulación de vehículos es necesaria", declaró a la prensa el delegado de la Procuraduría, Roberto Martínez.
Aprovechando las aguas del caudaloso río Torola, El Chaparral se construye entre los departamentos de San Miguel y Morazán, unos 160 km al noreste de San Salvador, con una inversión de 219 millones de dólares.
El presidente Mauricio Funes ha declarado que la construcción de El Chaparral es irreversible.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Agroenergía: ¿Qué está pasando con los alimentos?

En el actual momento que enfrenta la sociedad, de una nueva crisis del sistema capitalista, los países centrales buscan mantener su hegemonía por sobre los países periféricos y claramente el dominio de la burguesía por sobre la clase trabajadora en todos los países, en todas la regiones del mundo.
En su fase imperialista, el capitalismo busca el dominio y control de las grandes empresas, el sistema financiero, las grandes industrias, el comercio y la agricultura; en este caso ha llevado su avance hacia el campo, sobre los recursos estratégicos que en ellos se encuentran, es decir, tierra, agua, biodiversidad; y para ello necesita el control del campo. Por ello, actualmente la disputa clave es por el territorio, este entendido como el suelo, subsuelo, biodiversidad, formas de organización, producción, reproducción y sistema de autoridades locales. La lucha en defensa del territorio es la lucha estratégica del movimiento campesino.
En el caso de la agricultura, la llamada crisis de alimentos, bajo una política de escasez, y la pérdida de la soberanía y seguridad alimentaria se busca solucionar a través de la masificación de la producción de alimentos, y para ello los gobiernos y las IFIS (Instituciones Financieras Internacionales) promueven (imponen) el uso de agro tóxicos y productos transgénicos.
Es de destacar que las crisis del capitalismo se dan por sobreproducción, por lo que es ilógico creer que la llamada crisis alimentaria se da por falta de alimentos. Estimaciones de la FAO indican que la producción global de cereales de 2008 alcanzó la cifra record de 2245 millones de toneladas, lo que representa un aumento de 5.4 % respecto a la producción de 2007. Este crecimiento respondió, en gran medida, a los altos precios de los cereales y a la extraordinaria expansión de 11 % de la producción de los países desarrollados. En contraste, la producción total de los países en desarrollo creció un modesto 1.1 %, llegando incluso a mostrar una leve caída de 0.8 % si se descarta la producción de Brasil, China e India[1]. El problema de la sobreproducción se traduce en la búsqueda de mercados para comercializar los productos de las grandes empresas transnacionales.
Durante la crisis alimentaria que se comenzó a manifestar en 2007 hubo cosecha récord de cereales. Sin embargo aumentaron los hambrientos en el mundo a más de 1000 millones. Entre los principales factores de la crisis están la producción para agrocombustibles (que entra en competencia con alimentos), aumento de precios de los alimentos, aumento de precios del petróleo. Mientras por otro lado las empresas Monsanto, Syngenta, DuPont-Pioneer, Cargill, ADM, Bunge y otras del sector, tuvieron ganancias extraordinarias en 2007 y 2008, lucrándose con el hambre: de 60 a 140% más que en años anteriores[2].
En este contexto son las poblaciones rurales y campesinas quienes están realizando una lucha de resistencia para la defensa del territorio. Esta lucha no es apenas una lucha contra los agronegocios[3], las minerías, ni solo contra las represas, es una lucha frente a una política dominante de carácter capitalista e imperialista, cuya racionalidad económica es la obtención de ganancias a cualquier costo, por encima de la humanidad, la naturaleza y de la vida misma.
¿Qué está pasando actualmente en la agricultura?

El dominio de grandes empresas multinacionales de agronegocio controlan el comercio y los precios en los productos agrícolas, la fabricación de insumos agroquímicos (abonos, venenos) las industrias de máquinas y equipamientos y la agroindustria procesadora; las semillas y las matrices animales; se apropian de los recursos naturales y de la biodiversidad (tierra, agua, semillas).

Está cambiando la función social de los alimentos: hay una crisis mundial de energía (petróleo) por eso los países ricos (EE.UU. Europa, Japón) que consumen el 70% de toda la energía del mundo, están imponiendo como solución para el resto del mundo transformar alimentos en energía. Con eso los alimentos pasan a disputar espacio con la energía (“biocombustibles”), es decir, el precio de los alimentos pasa a acompañar los precios internacionales de la energía. Y con ello de alimentar al mundo pasa a llenar las barrigas de los automóviles.

En este marco, el creciente interés de los Estados Unidos y la Unión Europea (UE), así como de países como Brasil, China, Japón e India, por la producción de carburantes obtenidos a partir de productos vegetales, muy especialmente etanol de maíz y de caña de azúcar, así como de agrodiesel obtenido de la soja y de la palma aceitera, ponen en discusión los límites de la actual matriz energética y hacen necesario identificar soluciones que vayan más allá del simple “alargamiento artificial” de la civilización petroadicta.

La producción de carburantes vegetales en los países periféricos (América Latina y el Caribe, Asia, África), reproduce los viejos esquemas coloniales que hicieron posible el dominio de distintos imperios a lo largo de los últimos siglos, sobre inmensos territorios y recursos. Efectivamente, la expansión de los agrocombustibles supone un control latifundiario de la tierra, una explotación inmisericorde de la fuerza de trabajo humana y un control centralizado de recursos escasos como el agua, indispensables en la expansión de los monocultivos. Las escasas experiencias exitosas de producción de agrocombustibles en pequeña y mediana escala, por la agricultura familiar y sostenible, son solo islotes perdidos frente al poderío devorador de las grandes compañías de la industria automotriz y del agronegocio.

Motivos de la elevación de los precios:

El encarecimiento de los combustibles ha incrementado también los costos de producción de los productos agrícolas; por ejemplo, el precio en dólares de EE.UU. de algunos fertilizantes (como el superfosfato triple y el cloruro de potasio) subió en más del 160 % durante los dos primeros meses de 2008, en comparación con el mismo periodo de 2007. De hecho, el encarecimiento de la energía ha sido muy rápido y marcado, como indica el índice de precios de la energía, que se multiplicó por más de tres desde 2003. Además, con el aumento de las tasas de flete que se duplicaron entre febrero de 2006 y febrero de 2007, el costo de transportar los alimentos a los países importadores también ha resultado afectado[4].

En países como Brasil e Indonesia se están promoviendo grandes proyectos por parte de los agronegocios para incrementar la producción de agrocombustibles, lo que está produciendo a nivel internacional una subida en los costos de los alimentos utilizados para su producción (por ejemplo trigo, maíz, cebada y glucosa). El incremento de las superficies reconvertidas a Palma Aceitera también destaca en países como Sumatra en Asia o Colombia y Guatemala en América Latina.
Sin embargo, el crecimiento de los precios no puede ser solo explicado por la “desarticulación de ofertas regionales”. Hubo un crecimiento mucho mayor que su decrecimiento. Podríamos enumerar otros factores: 1. El desgaste de las reservas de petróleo, y la dependencia de la agricultura de esta fuente energética – agroquímicos y fertilizantes hechos de nitrógeno; 2. La disputa por fronteras para la producción de biocombustibles; 3. El financiamiento de los alimentos, que los sujetan a la inflación de precios por medio de la especulación.

El mercado emergente de los biocombustibles constituye una fuente de demanda nueva e importante para algunos productos agrícolas, como el azúcar, el maíz, la yuca, las semillas oleaginosas y el aceite de palma. El aumento de la demanda de estos productos ha sido uno de los principales motivos del aumento de sus precios en los mercados mundiales lo que, a su vez, ha generado el encarecimiento de los alimentos.

Estos productos, que se han empleado principalmente como alimento y/o forraje, se están cultivando ahora como materia prima para la producción de biocombustibles. El notable encarecimiento del crudo los convierte en sustitutos viables en algunos países destacados que disponen de la capacidad necesaria para usarlos. Por ejemplo, el etanol procedente de diversas materias primas y sistemas de producción agrícola puede competir con la gasolina con diferentes precios del crudo y los productos básicos. La caña de azúcar brasileña resulta competitiva, ya que su precio como crudo es muy inferior al de otras materias primas y explotaciones de producción. Schmidhuber (2006) calculó que, para que el etanol de maíz estadounidense fuera competitivo, el precio por barril del crudo debía rondar los 58 dólares de EE.UU., pero es importante destacar que este punto de inflexión refleja los precios del maíz en un momento fijo y que cambiaría según los precios de las materias primas. De hecho, el maíz se ha encarecido enormemente desde que se realizó este análisis, en parte como consecuencia de la demanda de biocombustibles[5].

Es decir que estos supuestos beneficios dependen de la variación de precios sujetas en el caso de la agricultura desde variantes climáticas hasta la especulación por parte de las empresas que controlan toda la cadena de producción y de distribución y de la fluctuación de los precios internacionales del petróleo.

Todo esto provoca un cambio en el papel de la agricultura que pasa de producir alimentos a producir energía. La elevación de los precios internacionales del petróleo, elevación de los precios de los insumos (aumento en el costo de la producción por ser una agricultura petrodependiente); aumento en el consumo para la producción de energía (con ello disminuye las existencias mundiales de alimentos porque están siendo transformados en energía). Control de la agricultura por las multinacionales y por los grandes bancos mundiales. Desgaste de las tierras cultivables. Concentración de tierras en manos de multinacionales y especuladores

Además de los efectos en términos económicos se pueden mencionar algunos impactos de tipo social: por ejemplo en el Norte de la India, Nepal y Bangladesh han reportado migraciones masivas de alrededor de 20 millones de personas, en este año, por causa de las lluvias e inundaciones, lo que esta sumando problemas al cuadro de enfermedades contagiosas, al acceso a agua potable y medios de vida para la población. El modelo de agronegocio es insustentable y pone en riesgo a toda la humanidad: Envenenamiento de la población: alimentos contaminados por venenos y el consecuente aumento de enfermedades en la población. Crisis ambiental, creciente destrucción, desequilibrio y desastres ambientales de todo tipo: secas, tempestades, huracanes, aumento de enfermedades, de plagas, envenenamiento

La situación de los Agrocombustibles

La reacción de sectores de la vieja oligarquía y de la burguesía criolla, sectores vinculados históricamente al agronegocio, no se ha hecho esperar. Diversos medios de comunicación de la región dieron cuenta de ello. Por ejemplo, el periódico La Prensa Gráfica, recoge declaraciones del sector cañero en el país, para el cual se trataría de una “gran oportunidad” para expandir el negocio, mediante la exportación de etanol hacia los Estados Unidos. (La Prensa Gráfica, edición digital, 03/10/2007).
Anteriormente, el entonces presidente Saca había expresado enorme satisfacción por la decisión de los gobiernos brasileño y estadounidense de favorecer el desarrollo de agrocombustibles y anunció una modernización de la legislación en el país para favorecer las inversiones necesarias, tanto para la producción de etanol como de biodiesel, incentivando a inversionistas privados. Significativamente, el presidente Saca declaró a la prensa que: “Deberíamos preocuparnos por una ley de tierra, que le permita arrendar tierra a mucha gente que quiere meterse definitivamente a sembrar caña” (La Prensa Gráfica, edición digital, 04/05/2007), en alusión a los cambios y prioridades que la producción de agrocombustibles introducirá en el uso y control de la tierra disponible para cultivos en El Salvador.

El Salvador, en consonancia con los términos del Memorandum de Entendimiento entre Brasil y los Estados Unidos, fue escogido para el desarrollo de un plan piloto en producción de etanol para exportar hacia los Estados Unidos, aprovechando el marco jurídico establecido por el TLC entre ambos países que facilita la exportación de etanol sin pago de aranceles. (La Nación, edición digital 02/04/2007)

Consultores internacionales, financiados por la Organización de Estados Americanos y el Departamento de Estado de Estados Unidos, revelaron que en El Salvador hay capacidad de producir etanol a base de caña, actualmente este producto ocupa el 6% del territorio cultivado en el país. Parte de las propuestas presentadas en el estudio detalla la creación de un proyecto de producción de etanol en algunos ingenios del país, como en La Magdalena Green Fuels (como lo denomina el estudio), que implicaría adicionar una destilería de etanol y reemplazo de cierto equipo ya existente en el ingenio para producir 9 millones de galones de este biocombustible al año y 9.6 megavatios de electricidad[6]. Héctor Dada, ministro de economía, asegura que existen entre 300 y 400 hectáreas ociosas para trabajarlas, no obstante la decisión de que sean utilizadas para la producción de etanol dependerán del Consejo Nacional de Energía.

Alimentos para las personas
Los agrocombustibles no forman parte de ninguna agenda de desarrollo para la pequeña y mediana producción agrícola y ganadera de alimentos, se trata de un nuevo ámbito de disputa por el control de mercados y materias primas a nivel internacional entre economías desarrolladas y emergentes, con el apoyo de los organismos financieros internacionales y los grandes grupos de agronegocios. Los agrocombustibles están convertidos en “commodities” para los grandes grupos inversores y la especulación de precios en el desorden de las finanzas internacionales que tiene amenazada la economía del planeta entero. A partir de este hecho, las bolsas y los Bancos Centrales a nivel mundial descubren que los precios de las materias primas (agrícolas y minerales) han estado muy baratos y no pueden continuar así.

Nosotros como movimiento campesino, optamos por una producción campesina y de pequeña escala, descentralizada, sin patentes, con semillas propias y basada en la diversidad. Estamos en favor de producir alimentos sanos y nutritivos que llegan a la gente que realmente los necesita y cuidan el ambiente que la sostiene. Respetando también los conocimientos ancestrales y la diversidad de nuestra naturaleza.
Apoyamos una agricultura de pequeña escala, diversificada, centrada en las personas con mercados locales y modos de vida saludables, usando menos energía y menos dependencia de recursos externos. Las familias campesinas sostenibles cumplen la misión fundamental de la agricultura: alimentar a las personas.
Es importante que los movimientos ampliemos la visión y entendamos la perspectiva estructural y sistémica, descubriendo los intereses que están detrás de esta lógica, identificando quienes son realmente los adversarios de la clase trabajadora, aquellos que están lucrándose a partir del hambre y la miseria del mundo. Es importante e imprescindible tejer alianzas para enfrentar la problemática desde una perspectiva de clase, articulándonos en una estrategia común de la causa popular.
Reafirmamos que no es solo un problema para los campesinos ni las poblaciones rurales; es una situación que afecta al conjunto de la sociedad, en tanto la producción de alimentos no vayan dirigidas a satisfacer el hambre de la población; en tanto que quienes controlen los precios de los alimentos sean las corporaciones transnacionales y; en general por los impactos económicos, sociales y ambientales que implican este tipo de decisiones. Por ello hacemos un llamado a profundizar nuestras acciones desde un enfoque de soberanía energética y alimentaria.


“Por la Vida y Dignidad Campesina”
MVEC.
El Salvador, Octubre de 2009.

[1] FAO. Situación Alimentaria en América Latina y El Caribe. Noviembre-Diciembre. 2008.
[2] Ribeiro, Silvia. Soberanía Alimentaria y Nuevas Tecnologías.
[3] El término agronegocio (del inglés agrobusiness), comenzó a usarse a finales de la década de los 50 para referirse a una nueva forma de organizar la producción agrícola, donde el actor central no es el productor campesino sino una gran corporación que controla toda la cadena productiva, desde la preparación de la tierra hasta la comercialización final y la exportación, además de someter a su dominio a los pequeños productores cuyos insumos productivos y su misma producción pasan a depender del gran capital (Moraes, 2008).
[4] FAO. Óp. Cit.
[5] FAO. Óp. Cit.
[6] El Economista.net. miércoles 15 de julio de 2009.

Agua y Energía ¿Para qué? y ¿para quién?


Nuestra sociedad vive en un mundo predominantemente capitalista, en la cual a la clase dominante lo que le interesa primordialmente es el lucro a partir de la explotación de la clase trabajadora y del saqueo de la naturaleza. Actualmente el capitalismo está en la fase imperialista, esto quiere decir que las grandes empresas transnacionales y los grandes bancos son quienes se enriquecen y buscan dominar el mundo, dominan el sistema financiero, las grandes industrias, el comercio, la agricultura y los bienes naturales estratégicos, tienen influencia en muchos gobiernos y en grupos de países. En nombre del progreso y el desarrollo están destruyendo la vida del planeta.
Estas corporaciones, generalmente están instaladas en los países ricos (EE. UU., Europa y Japón), aunque ahora hay algunas que son de los llamados países en desarrollo como es el caso de las empresas de Carlos Slim de México (Telecom, Televisa, Sanborns). El único objetivo de estas empresas es garantizar altas tasas de lucro. La filosofía de los capitalistas es: “invertir en el lugar donde la tasa de lucro es mayor y donde ella se realiza en el menor tiempo y con el menor riesgo posible”. En la práctica, el capital internacional prioriza:
• Invertir en la esfera financiera (actualmente está invirtiendo en la especulación del petróleo y los alimentos);
• Invertir en el endeudamiento público y privado (para anticipar la apropiación de plusvalía y obtener altas tasas de intereses);
• Buscar ir donde la fuerza de trabajo tiene menor valor, o sea, donde la mano de obra es más barata (significa mayor extracción de plusvalía);
• Busca invertir en lugares donde hay tecnologías de mayor productividad (hoy significa mas desempleo);
• Busca controlar las fuentes naturales ventajosas (de mayor lucratividad) o sea, aquellas regiones y los recursos naturales mas estratégicos;
• Guerras (EE. UU. Posee 823 bases militares en todo el mundo)
Como hemos sido testigo en estos últimos días, el mundo capitalista – especialmente las ideas neoliberales que prevalecieron en las últimas décadas- están quebrando.
El sistema financiero está en crisis y en crisis está el centro del imperialismo. Más allá de la crisis del sistema financiero y de la consecuente disminución de las tasas de crecimiento de la economía mundial, deben ser destacadas la crisis energética, crisis ambiental, crisis alimentaria, sobreexplotación de los trabajadores, el desempleo estructural, etc. Sus consecuencias recaen en los países y regiones más pobres, en especial sobre los países de América Latina.
El campo es el foco de disputa por el control de los recursos naturales estratégicos.
La crisis tiende a generar concentración y acumulación de la riqueza en manos de las corporaciones transnacionales y el aumento de la pobreza para la amplia mayoría de los trabajadores. En este escenario, en los últimos años, existe una gran ofensiva de las empresas multinacionales y de los grandes bancos mundiales, sobre el campo de los países latinoamericanos, especialmente para dominar los recursos naturales estratégicos, energía, tierra (para producción especialmente de agrocombustibles, “alimentos”) agua, minería y biodiversidad (especialmente las semillas)
Estas empresas se instalan en los países de Latinoamérica en busca, principalmente de materias primas agrícolas, minerales y energéticas con fines de exportación (es decir saqueo) para la acumulación privada en el contexto internacional. O sea, el papel atribuido por el capital internacional en la re-división internacional de la producción y del trabajo para América Latina es de meros exportadores de materias primas agrícolas, minerales y energéticas.
Prácticamente en todos los países latinos, los relatos son los mismos: hay un avance de las multinacionales para controlar las mayores reservas de agua (y ríos para construcción de hidroeléctricas), también sobre las reservas minerales y sobre las tierras.
La cuestión del agua
Existen en Centroamérica aproximadamente 120 cuencas hidrográficas principales, de las cuales 23 son internacionales, éstas significan el 19% de los sistemas hídricos de la región y el 10.7% de las cuencas internacionales del planeta. Las cuencas de agua dulce compartidas, de mayor dimensión, son la del Río Coco o Segovia de 24,476 km2 (Honduras-Nicaragua) y la del Río San Juan de 41,870 km2 (Nicaragua y Costa Rica). Añádase la del Río Hondo-Azul (Guatemala-México-Belice); Río Mopán-Belice, Río Moho, Río Sarstún y Río Motagua (Guatemala-Belice); Río Lempa de 18,246 km2 (Guatemala-Honduras-El Salvador); Cuenca del Golfo de Fonseca (El Salvador-Honduras-Nicaragua); Río Paz y Río Ostúa-Lago Guija (Guatemala-El Salvador); Río Goascorán (Honduras-El Salvador); Cuenca del Golfo de Honduras (Guatemala-Honduras); Río Choluteca y Río Negro (Honduras-Nicaragua); Río Xixaloa y Río Changuinola (Costa Rica-Panamá); por mencionar algunas .
El agua es fundamental para la industria, la agricultura y de toda la vida humana. Hoy se consume cerca del 70% de toda el agua dulce en la agricultura y 20% en la industria. Debido a las técnicas de irrigación intensiva más de 45 millones de hectáreas de tierras ya fueron damnificados. Mientras tanto en los países industrializados (EE. UU., Europa, Japón) sus aguas están prácticamente contaminadas.
Todo indica, que en los próximos años el centro de la disputa será por el control del agua potable. Las mejores tierras agrícolas, principalmente para la producción de agrocombustibles y las mejores reservas hídricas localizadas en los países latinos, están siendo ampliamente disputadas por las grandes empresas multinacionales.
En el caso de los ríos, el interés principal es para la construcción de hidroeléctricas, para generar energía barata, para utilizar en la extracción minera y de celulosa.
La cuestión energética.
Actualmente el debate energético gira en torno a tres fuentes: petróleo, agrocombustibles e hidroeléctricas. Existe debate también de la celulosa, como potencial para la producción de alcohol en el futuro.
A nivel mundial, el petróleo ha sido la principal fuente de “energía líquida” utilizada por el conjunto de la humanidad. La llamada energía líquida posee como característica, la facilidad en su transporte, permitiendo abastecer regiones deficitarias. Son diversas formas posibles de transporte, pudiendo ser terrestres (en tanques de combustible), marítima (en navíos cargueros) o hasta transporte aéreo. El petróleo es parte del conjunto de las fuentes energéticas denominadas de “energía fósil” que llevó millones de años para formarse y al ser consumidas sus reservas no se renuevan. Además del petróleo, el gas y el carbón mineral son del mismo origen. Las reservas mundiales del petróleo se están agotando y su acceso se vuelve difícil, siendo cada vez más caro, en menor cantidad y de menor calidad.
El oriente medio concentra las mayores reservas de petróleo. Pero en América, varios países son ricos en energías fósiles, principalmente Venezuela y Brasil, que se convierte en un gigante de ese rubro con el descubrimiento de pre-sal, y Bolivia (gas).
Las previsiones indican que el consumo de energía en el mundo crecerán 71% hasta 2030, no obstante hay una tendencia para la disminución de las reservas mundiales de petróleo, agravando aún más la carrera por el control de todas las fuentes de energía económicamente viables.
El escenario mundial de la crisis energética, afecta principalmente a los países centrales del capitalismo (EE. UU., Europa y Japón), pues son ellos quienes consumen el 70% de la energía de todo el mundo, a pesar de poseer 21% del total de la población mundial. La solución que estos países están proponiendo, ha sido la tentativa de buscar nuevas matrices, como la biomasa, eólica, solar e hídrica… no obstante es imposible sostener un patrón de consumo basado en los países centrales.
Este escenario energético trae varias consecuencias:
• Especulación con la elevación de los precios internacionales del petróleo;
• Disputas mundiales imperialistas por el control de las actuales reservas energéticas;
• Elevación en el costo de producción de alimentos por tener un modelo de agricultura petrodependiente;
• Transferencia de la industria electro intensiva (minería y celulosa) a los países periféricos;
• Avanece por el control de las fuentes energéticas estratégicas: tierras para la producción de agro combustibles, control de los ríos para la construcción de hidroeléctricas, etc.;
• Cambio en la función social de la agricultura: en lugar de producir alimentos, pasa a producir energía para el imperio;
• Retomada y aceleración de la construcción de grandes obras de generación de energía eléctrica en los países de América Latina, en especial de las hidroeléctricas y el avance de las multinacionales sobre las tierras para producción de agroenergía.

Reanudación y aceleración de la construcción de hidroeléctricas
Esta carrera de las multinacionales para construir y dominar las hidroeléctricas se debe al hecho de que la energía hídrica permite las mayores tasas de lucro. La energía proveniente de las hidroeléctricas (de la forma de cómo ha sido la construcción de represas), es considerada una de las fuentes mas baratas. La energía hídrica presenta una “base natural ventajosa” en relación a las demás fuentes, motivo de la brutal carrera de las multinacionales para dominar este sector tanto en la generación como en la distribución . Veamos algunas de las características de la fuente hídrica:
• La energía hídrica presenta alta productividad, o sea, eficiencia energética del 94%, mientras la térmica, presenta un máximo de 30% de eficiencia.
• Presenta bajo costo de producción, la materia prima utilizada en las turbinas (agua) no presenta ningún costo de producción, al contrario de la energía térmica en que la materia prima es el petróleo.
• Es “renovable”, alterando apenas su intensidad conforme a las estaciones del año, conforme a la intensidad de las lluvias, haciendo de los lagos de las hidroeléctricas funcionar como una gran caja de agua y obtener ganancias de hasta 22% en la eficiencia. O sea, permite el control sobre todo el río, sobre la cuenca hidrográfica, intercuenca e inter-regiones, y entre países.
Con las privatizaciones la energía pasó a ser controlada y colocada al servicio de las grandes empresas transnacionales. La generación eléctrica en nuestros países, tiene como destino abastecer a los grandes consumidores de energía eléctrica, principalmente la llamada industria electrointensiva (fábricas, parques industriales, extracción de minerales y metalurgia) y los grandes supermercados y centros comerciales, ofreciendo a estos energía subsidiada. En El Salvador el costo de la energía eléctrica (Kw/h) es de $0.16 para el sector residencial y de $0.17 para los sectores industrial y comercial, no obstante los cargos pueden ser menores al lograr contratos privados
En este escenario de crisis del petróleo, de busca de alternativas energéticas y el gran potencial hidráulico en los países de América Latina y los altos lucros obtenidos con la electricidad, se observa una aceleración en la construcción de hidroeléctricas, ya sea de pequeño o gran tamaño.
En el mundo existen mas de 45 mil grandes represas construidas y ya expulsaron de sus tierras mas de 80 millones de personas, la mayoría sin recibir nada, además de eso, existen hoy cerca de 1,600 en construcción en el mundo. Esas obras mueven aproximadamente 50 billones de dólares por año.
El aprovechamiento del potencial hidroeléctrico en el mundo revela que en la mayoría de los países ricos y desarrollados, los principales ríos ya fueron utilizados para la construcción de usinas. En estos países, el aprovechamiento llegó a su máximo límite, presentando enormes dificultades en la construcción de nuevas represas. Con eso la industria de represas (Astaldi, Siemens, Coyne Et Bellier, Alstom, General Electric, VA Tech…) se ven obligados a encontrar nuevas regiones en el mundo para mantener sus negocios.
China, que posee el mayor potencial del mundo, es el país que mas construye hidroeléctricas. Actualmente son 50.000 MW en construcción y más de 30.000 MW para ser usados. Demanda presentada en función de su crecimiento económico y principalmente porque hay una acelerada transferencia de la industria mundial en aquella región.
En nuestro país la producción de energía eléctrica atiende una demanda de 5,292.689 GWh al año con una participación por fuente de recurso energético de la siguiente manera: 25.9% Geotérmica, 24.4% Hidroeléctrica, 49.4% Térmico y 0.3% por importación netas (Datos del primer semestre del 2008) Los proyectos del Chaparral (65.7 MW), el Cimarrón (261 MW), Río Paz (139 MW) y El Tigre (704 MW) agregarían 1169.7 MW a la capacidad instalada del sistema de potencia del país, que actualmente tiene una capacidad instalada y disponible de 1371.9 y 1258.4 MW respectivamente. Con estos proyectos hidroeléctricos, el incremento de la producción geotérmica, la repotenciación de algunas plantas en operación y la construcción de pequeñas centrales hidroeléctricas podrían duplicar la capacidad instalada en MW en un periodo de 10 a 15 años y reducir drásticamente la dependencia de derivados del petróleo .

Desafíos
El problema central en la cuestión de la energía es el actual modelo energético, que busca garantizar las más altas tasas de lucro en todas las áreas que comprende el sector eléctrico. En la esfera financiera, las empresas financieras exigen que se tenga una “buena imagen” de cada empresa, que sea la mas rentable de todas “batiendo records” de ganancia a cada uno y que tenga una imagen ligada a la preservación ambiental, con eso, consiguen enormes ganancias en el mercado de acciones; en la esfera de circulación de mercancías, la tarifa de la energía eléctrica ha sido una verdadera mina de ganar dinero por encima de toda la población, porque cobran precios que representan un verdadero robo; y en la esfera de producción de mercancías, la construcción de hidroeléctricas y la generación de energía también se volvió en uno de los negocios mas lucrativos del actual sistema, pues se lucran con la venta de máquinas y equipos, se lucran porque el Estado es quien financia casi la totalidad de las obras y se lucran con la venta de energía generada.
La construcción de hidroeléctricas, la multiplicación de mineras y de empresas de celulosa está dentro de la misma lógica. Veamos: a) se construyen hidroeléctricas financiadas con dinero público, b)se vende esta energía generada por precios internacionales al pueblo de cada país para obtener el máximo de lucro, c)en el caso de los grandes consumidores, reciben energía subsidiada, a precio de costo, de las empresas del gobierno, para abastecer sus industrias electro intensivas (de minería y de celulosa) y d) la producción final de estas industrias es enviado (exportado) a los países centrales a costos bajísimos, inclusive con exención de impuestos. O sea, todos los planos de las nuevas hidroeléctricas están articulados al servicio de acumulación imperialista.
En la esfera de la producción (generación de energía) la lucha contra las hidroeléctricas es la lucha para combatir la exportación de productos de alta densidad energética con fines de acumulación capitalista (electro intensivas, minería y celulosa) se han transformado en una lucha antiimperialista, y por eso debe ser fortalecida, porque este enfrentamiento se concentra contra las mayores transnacionales del mundo.
En la esfera de la circulación, la lucha de las tarifas a pesar de su carácter táctico, también puede ser una lucha importante, pues afecta en la esfera de la realización de lucros para los capitalistas, además de afectar casi a la totalidad de toda la población de cada país posibilita establecer alianzas con la población urbana.
Afirmamos que los proyectos en construcción y proyectados está pensado en la lógica del actual modelo energético y por tanto están en contra del pueblo. Combatirlas debe ser un compromiso de todo el pueblo, del campo y de la ciudad.
No se trata apenas de una lucha de la población directamente afectada por las represas, o por las minerías, así como las tarifas de electricidad, toda la población es afectada.
Los bienes naturales son del pueblo y deben estar al servicio del pueblo. La lucha de la energía y la lucha alrededor de la minería, deben ser entendidas como lucha por la soberanía de cada país y al mismo tiempo de carácter antiimperialista. Estas luchas deben ser entendidas en su totalidad, como parte de la lucha por la transformación del actual modelo de sociedad.
En América Latina, los desafíos son enormes, son centenares y hasta millares de proyectos hidroeléctricos y de minerías en fase de expansión, al mismo tiempo millares de campesinos y poblaciones originarias están o serán afectadas. Por eso mismo tenemos el desafío de fortalecer o crear organizaciones o movimientos sociales en cada país, organizar y fortalecer este potencial de lucha. Además de buscar fortalecer cada vez más las articulaciones internacionales para la construcción permanente de unidad en el campo y del campo/ciudad.

Movimiento por la Vida y Equidad Campesina
MVEC
El Salvador, Agosto de 2009.

“Luchamos por la vida y dignidad campesina”