lunes, 9 de noviembre de 2009

Confusión oficial: El Cimarrón sí, el Cimarrón no

Por Gregorio Morán
El presidente Mauricio Funes dijo que por el momento no tiene en sus planes construir la presa hidroeléctrica, pero no la ha descartado tampoco. Mientras no tenga una opinión técnica de la que pretende responsabilizar a un futuro Consejo Nacional de Energía, no tomará decisiones definitivas, advirtió.
SAN SALVADOR. La construcción de la presa hidroeléctrica El Cimarrón, en Chalatenango, ha generado en las últimas horas una polémica por declaraciones poco claras en relación a la conveniencia o no de contar con esa generadora de energía eléctrica.
El pasado 4 de noviembre, el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Herman Rosa, anunció en un foro público que la construcción de la presa no está en los planes de la actual administración, lo que fue interpretado públicamente como una suspensión del proyecto por parte del presidente de la República, Mauricio Funes, según publicaciones de dos medios de comunicación locales.
Una de las razones expuestas sería el alto costo de la obra que de 400 millones se elevaría a más de mil millones, debido a la crisis mundial.
Este jueves 5 de noviembre, el mismo presidente Funes negó tal versión periodística, cuya fuente además del ministro Rosa Chávez habría sido también el secretario de Asuntos Estratégicos, Francis Hato Hasbún.
Funes dijo en conferencia de prensa, este jueves 5 de noviembre, que sería irresponsable de su parte decir que queda descartada la construcción de dicha presa, sin tener los elementos técnicos necesarios para hacerlo.
De hecho el Presidente dijo que será el Consejo Nacional de Energía, a instalarse próximamente y que tendrá carácter interinstitucional, el que elabore una matriz energética para que sea dicho Consejo el que haga una propuesta sobre si hay necesidad o no de construir la Presa El Cimarrón.
Según las versiones de los medios que daban por hecho que se abortaba la construcción de la presa, fue Hato Hasbún quien anunció esa supuesta decisión del presidente Funes el pasado fin de semana a los habitantes que se verían afectados directamente por dicha obra.
No obstante Funes aclaró que las instrucciones que dio a Hato Hasbún fueron las de trasladarle a pobladores en Agua Caliente que, en relación al proyecto más controversial, “la Presa El Chaparral va, la Presa El Chaparral no se detiene, es un proyecto que heredamos, es un proyecto que ya inició, que ya hubo desembolsos, que ya hay obra construida, y es un proyecto que además la necesitamos para satisfacer la demanda energética en el mediano y largo plazo.”
Pero sobre El Cimarrón, el mandatario enfatizó que su mensaje a través del Secretario de Asuntos Estratégicos es que “en la agenda inmediata del Gobierno de la República, no está la construcción de El Cimarrón, pero en ningún momento he dicho que queda descartada totalmente su construcción”.
El bloque verdeLos asistentes al foro del Tribunal Latinoamericano del Agua, celebrado este jueves en San Salvador y donde se conoció la supuesta suspensión, celebraron con tronados aplausos el anuncio de Rosa Chávez.
El Cimarrón, también previsto para construirse en Chalatenango a partir de 2010, es otra obra que enfrenta oposición.
Sobre esta, el Tribunal Latinoamericano del Agua realizó una audiencia en San José de Costa Rica entre el 29 de agosto y el 1 de septiembre de 2006 y para entonces, dicho tribunal concluyó que la construcción de la presa no era conveniente.
El referido tribunal, según sus estatutos, se ha establecido para coadyuvar a la solución de conflictos ambientales mediante el conocimiento, juzgamiento y sanción moral de los “ecocidios” y graves daños cometidos contra los sistemas hídricos de la región, la amenaza a los mismos, así como de las vulneraciones del derecho fundamental de los centroamericanos al agua, en cantidad suficiente y calidad adecuada
Por ello le recomendó al gobierno de El Salvador abstenerse de construir El Cimarrón y al mismo tiempo pidió al Banco Mundial no aprobar los fondos para dicha obra y también demando del Estado salvadoreño hacer públicos los documentos relativos a la política hidroeléctrica nacional.
El Tribunal Latinoamericano del Agua está constituido por representantes de los países de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Cuba y Brasil y en sus consideraciones sobre el caso de El cimarrón, señala que la obra afectaría negativamente a 100 mil personas que no tendrían opción de reubicación ni desarrollo; la necesaria remoción de zonas boscosas agravarían la erosión; los efectos sobre el caudal del Río Lempa sería tal que acabaría con la vida acuática y los caudales de agua arrasarían con tierras fértiles y dañaría la infraestructura de los habitantes, señala, entre otros hechos posibles.
Mientras tanto, el Instituto de Investigaciones Económica (Inve) de la Universidad de El Salvador, también ha lanzado advertencias sobre los efectos nocivos que traería consigo la construcción de la presa El Cimarrón porque afectaría fuertemente el medio ambiente de la zona y solo traería beneficios basados en el mercado de los que no goza la población afectada.
El Inve propone que se explote la energía eólica, geotérmica y solar como se hace en Europa, a fin de no dañar loe elementos que permiten la supervivencia de los habitantes de sectores aledaños a la presa.
El proyectoSegún información técnica de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), el área del proyecto se encuentra en la zona alta de la cuenca hidrográfica del río Lempa, aguas arriba de los aprovechamientos de la central hidroeléctrica Cerrón Grande.
Las instalaciones proyectadas comprenden una presa situada entre los municipios de Agua Caliente, Chalatenango y Metapán, Santa Ana. Contará con un sistema de conducción del agua del río Lempa por medio de un túnel, desde el sitio de presa hasta las cercanías de la villa de Agua Caliente, donde está prevista la construcción de la casa de máquinas y la subestación necesarias para la construcción de la presa.
Los dos impactos principales del proyecto son los siguientes:
Se prevé derivar las aguas a turbinar al río Metayate, por medio de un canal de descarga que tendrá una longitud de 1,200 m y que será revestido con concreto.
De acuerdo a los resultados del Estudio de Factibilidad 152 familias deberán ser reubicadas ya que se encuentran en la proyección del futuro embalse.
El Estudio de Impacto Ambiental comenzó en 2005 y se finalizó en el 2007 el cual identificó las medidas de mitigación y compensación del proyecto.
El proyecto hidroeléctrico El Cimarrón es un proyecto que producirá energía a partir de recursos renovables y se presenta actualmente como la mejor opción, permitiendo afrontar la creciente demanda de energía del país, apunta el estudio de la CEL.

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