
El proyecto de la central hidroeléctrica El Cimarrón comenzó a ser rediseñado por el CNE, que discute los cambios con organizaciones ambientalistas y es asesorado por Electrobras.
Escrito por Sigfredo Ramírez
Escrito por Sigfredo Ramírez
Los primeros pasos para modificar los planos de construcción de la represa El Cimarrón han sido dados por las autoridades del Consejo Nacional de Energía (CNE). El comité ya se reunió con instituciones de Gobierno que están vinculadas al proyecto y grupos ambientalistas, para analizar el diseño de la central hidroeléctrica que fue postergada por el presidente de la República, Mauricio Funes.
El mandatario encomendó al CNE elaborar una matriz energética en la que se planteara cuál es la demanda esperada para los próximos cinco años; y, de esa manera, saber si se requerirá o no de una obra como El Cimarrón. Además, pidió un nuevo diseño.
“Estamos en el inicio del rediseño de El Cimarrón, la CEL presentó el proyecto con sus detalles, para luego presentar los criterios que el presidente ha pedido que apliquemos y que no fueron tomados en cuenta, como la participación de comunidades, el desarrollo territorial y que sea un proyecto más integral”, dijo Luis Reyes, secretario ejecutivo del CNE. Es más, para el rediseño de la represa ya se contempla la firma de un convenioen concreto con la empresa Electrobras, homóloga de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL) en Brasil, que acompañará el proceso.
Reyes destacó que la compañía brasileña tiene una amplia experiencia en el manejo de todas las centrales hidráulicas del país suramericano, y por ello “van a enseñar los procesos, traerán expertos para apoyar y así poder despegar el próximo año con los aspectos más técnicos”.
Proyecto estancado
El diseño original de la central hidroeléctrica de El Cimarrón contemplaba la creación de un embalse en la cuenca del río Lempa, entre los departamentos de Chalatenango y Santa Ana, que cubriría un área de 15 km² y supondría una capacidad generadora de 261 megavatios (MW), la mayor de El Salvador, y equivalentes al consumo de unas 600,000 familias.
Su construcción estaba contemplada a iniciarse en 2010, para que entrara en funcionamiento en 2017. La magnitud de la presa ampliaría en un 25% la capacidad instalada actual de producción energética.
El Salvador tiene un consumo total de energía de aproximadamente 950 MW. FUSADES apunta a que para 2017 esta demanda se habrá duplicado.
Otro inconveniente que se encontró en el camino de El Cimarrón es el alto costo proyectado para su edificación, que rondaba los $1,100 millones, triplicando el costo inicial pautado de $400 millones. Esto se debió al alza mundial en los precios de materias primas e insumos de construcción.
Durante la juramentación del CNE, en enero de 2010, el presidente de la CEL, Nicolás Salume, indicó que para el proyecto no se tenía una fuente identificada de financiamiento.
No obstante, fue el mismo Salume quien nueve meses después y en el marco de un seminario sobre el sector eléctrico de Brasil dio una posibilidad: “Las empresas brasileñas pueden invertir en distintos proyectos en portafolio, como la ampliación de la central 5 de Noviembre, la tercera unidad de la represa Cerrón Grande o la obra de El Cimarrón”.
A continuación se enumeran los seis lineamientos de la Política Nacional de Energía.
La diversificación de la matriz energética fomentando las fuentes de energía renovable.
El fortalecimiento del Estado en su papel regulador de la política energética. Se analiza que este papel ha sido débil en coyunturas donde a pesar que el bunker y el petróleo no haya tenido grandes disparos, la energía eléctrica ha aumentado su precio.
La cobertura generalizada del uso de energía. Se ha definido como un principio básico del Gobierno que la energía es un bien de utilidad pública, como el agua, entonces el Estado está obligado a hacer cumplir que todos hagan uso racional de ella.
Crear una cultura de eficiencia energética. Se plantea que en ningún sector de la economía del país se ha impulsado un ahorro energético.
Innovación tecnológica a través de investigaciones y centros internacionales de apoyo, utilizar relaciones con universidades para potenciar el trabajo de instituciones como CEL y la GEO.
Impulsar la integración regional de los sistemas de energía eléctrica para la atracción de mayores inversiones al istmo centroamericano a través de modelos como el Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (SIEPAC) y Ente Operador Regional (EOR).
El mandatario encomendó al CNE elaborar una matriz energética en la que se planteara cuál es la demanda esperada para los próximos cinco años; y, de esa manera, saber si se requerirá o no de una obra como El Cimarrón. Además, pidió un nuevo diseño.
“Estamos en el inicio del rediseño de El Cimarrón, la CEL presentó el proyecto con sus detalles, para luego presentar los criterios que el presidente ha pedido que apliquemos y que no fueron tomados en cuenta, como la participación de comunidades, el desarrollo territorial y que sea un proyecto más integral”, dijo Luis Reyes, secretario ejecutivo del CNE. Es más, para el rediseño de la represa ya se contempla la firma de un convenioen concreto con la empresa Electrobras, homóloga de la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL) en Brasil, que acompañará el proceso.
Reyes destacó que la compañía brasileña tiene una amplia experiencia en el manejo de todas las centrales hidráulicas del país suramericano, y por ello “van a enseñar los procesos, traerán expertos para apoyar y así poder despegar el próximo año con los aspectos más técnicos”.
Proyecto estancado
El diseño original de la central hidroeléctrica de El Cimarrón contemplaba la creación de un embalse en la cuenca del río Lempa, entre los departamentos de Chalatenango y Santa Ana, que cubriría un área de 15 km² y supondría una capacidad generadora de 261 megavatios (MW), la mayor de El Salvador, y equivalentes al consumo de unas 600,000 familias.
Su construcción estaba contemplada a iniciarse en 2010, para que entrara en funcionamiento en 2017. La magnitud de la presa ampliaría en un 25% la capacidad instalada actual de producción energética.
El Salvador tiene un consumo total de energía de aproximadamente 950 MW. FUSADES apunta a que para 2017 esta demanda se habrá duplicado.
Otro inconveniente que se encontró en el camino de El Cimarrón es el alto costo proyectado para su edificación, que rondaba los $1,100 millones, triplicando el costo inicial pautado de $400 millones. Esto se debió al alza mundial en los precios de materias primas e insumos de construcción.
Durante la juramentación del CNE, en enero de 2010, el presidente de la CEL, Nicolás Salume, indicó que para el proyecto no se tenía una fuente identificada de financiamiento.
No obstante, fue el mismo Salume quien nueve meses después y en el marco de un seminario sobre el sector eléctrico de Brasil dio una posibilidad: “Las empresas brasileñas pueden invertir en distintos proyectos en portafolio, como la ampliación de la central 5 de Noviembre, la tercera unidad de la represa Cerrón Grande o la obra de El Cimarrón”.
A continuación se enumeran los seis lineamientos de la Política Nacional de Energía.
La diversificación de la matriz energética fomentando las fuentes de energía renovable.
El fortalecimiento del Estado en su papel regulador de la política energética. Se analiza que este papel ha sido débil en coyunturas donde a pesar que el bunker y el petróleo no haya tenido grandes disparos, la energía eléctrica ha aumentado su precio.
La cobertura generalizada del uso de energía. Se ha definido como un principio básico del Gobierno que la energía es un bien de utilidad pública, como el agua, entonces el Estado está obligado a hacer cumplir que todos hagan uso racional de ella.
Crear una cultura de eficiencia energética. Se plantea que en ningún sector de la economía del país se ha impulsado un ahorro energético.
Innovación tecnológica a través de investigaciones y centros internacionales de apoyo, utilizar relaciones con universidades para potenciar el trabajo de instituciones como CEL y la GEO.
Impulsar la integración regional de los sistemas de energía eléctrica para la atracción de mayores inversiones al istmo centroamericano a través de modelos como el Sistema de Interconexión Eléctrica de los Países de América Central (SIEPAC) y Ente Operador Regional (EOR).