
Suspenden construcción de El Cimarrón
El diseño del proyecto reveló que si se inicia la construcción así como está planteado traerá problemas ambientales y con las personas que viven en los alrededores. Lo mismo ocurrió con El Chaparral, que ahora tiene el espaldarazo del Ejecutivo.
El diseño del proyecto reveló que si se inicia la construcción así como está planteado traerá problemas ambientales y con las personas que viven en los alrededores. Lo mismo ocurrió con El Chaparral, que ahora tiene el espaldarazo del Ejecutivo.
Escrito por Lourdes Quintanilla/Keny López/ Sigfredo Ramírez/Mariana Belloso Miércoles, 13 enero 2010 00:00
El proyecto de la presa hidroeléctrica de El Cimarrón, tal y como está diseñado actualmente, no se llevará a cabo, anunció el presidente de la República, Mauricio Funes.
El gobernante dijo que esta ha sido una de las primeras recomendaciones que ha recibido de parte del Consejo Nacional de Energía (CNE), entidad que está funcionando desde el año pasado, pero cuyos miembros fueron juramentados ayer martes.
Funes dijo que el diseño actual de El Cimarrón tiene implicaciones ambientales y sociales negativas, por lo que ha pedido que se rediseñe el proyecto, que se corrijan estos aspectos. “Solo a partir de ese rediseño, el Ejecutivo decidirá si se retoma o no el proyecto… Lo demás es pura especulación”, dijo el mandatario.
El Cimarrón es una presa que se ubicaría entre Chalatenango y Santa Ana, con una capacidad de generación de 261 megavatios, equivalentes al consumo de unas 600,000 familias.
En noviembre del año pasado, Funes aclaró que en la agenda inmediata del Gobierno no se contemplaba la construcción de El Cimarrón, luego que el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Germán Rosa Chávez, anunciara en un foro sobre el agua que esta presa no se construiría.
“Yo estoy esperando a que el Consejo Nacional de Energía, que es una entidad interinstitucional, elabore una matriz energética para que sea el consejo quien me haga una propuesta de si necesitamos o no la presa”, dijo Funes en esa ocasión.
Sí a El Chaparral
El mandatario enfatizó, sin embargo, su compromiso con otros dos proyectos hidroeléctricos: la construcción ya iniciada de la presa El Chaparral, al norte de San Miguel y la expansión de la hidroeléctrica 5 de Noviembre.
Aunque El Chaparral ha enfrentado oposición y críticas de parte de grupos ambientalistas y pobladores de la zona, Funes la mencionó entre las apuestas inmediatas del Gobierno en materia de generación energética.
Estos proyectos, impulsados por la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), permitirán ampliar la oferta de energía, con 67.5 megavatios adicionales, en el caso de El Chaparral, y 80 megavatios más, en lo que respecta a la 5 de Noviembre. Esta generación adicional conjunta, con capacidad para 147.5 megavatios, representa aproximadamente el 15% de la demanda actual de energía.
Funes dijo que con ambos se logra cubrir el crecimiento en el consumo de energía del país, que actualmente es de unos 900 megavatios, y que, según el Ejecutivo, crecerá a un ritmo del 3% anual.
La CEL, por su parte, aún desconoce los motivos que llevaron a los miembros del Ejecutivo a obligar la pausa. “Definieron que había problemas, como mencionaba el presidente, ambientales y con las comunidades”, manifestó Nicolás Salume, titular de CEL.
Estas son las mismas observaciones que se realizaron a la presa El Chaparral, en Morazán, que ya lleva un 12% de avance. Los problemas con las comunidades aledañas, de acuerdo a Salume, se han ido resolviendo con el tiempo e incluso se han estado implementando proyectos educativos y de reforestación en la zona para crear vínculos con los habitantes. La obra costará $163 millones a la CEL y se ha financiado con préstamos.
Volviendo a El Cimarrón, la hipótesis que maneja Salume sobre la suspensión gira en torno a que el proyecto, por ser de gran magnitud, también es complejo. Se debe desviar un río y crear un túnel de ocho kilómetros.
“No tenemos avance (con la presa). No hemos comprado tierra porque no sabíamos si era factible lo que tenemos”, explicó. Agregó que tienen un diseño de prefactiblidad, que no es el definitivo para arrancar.
Así, mientras el proyecto sigue en sus etapas más tempranas, la CEL tiene tiempo de presentar una nueva propuesta que se ajuste a las exigencias de otros ministros. “Vamos a tomar las medidas e instrucciones que ha dado el presidente en su discurso para rediseñar y plantear”, dijo Salume. “Vamos a tener una reunión con el CNE. Vamos a conocer el problema y a hacer un replanteamiento”. agregó. Volver a emprender un estudio tomará de ocho a 12 meses.
“Existe otro problema, que es el financiero: el costo de este proyecto es muy alto”, explicó Salume. Por el momento, la obra ronda los $1,100 millones, sin una fuente identificada de financiamiento.
El proyecto de la presa hidroeléctrica de El Cimarrón, tal y como está diseñado actualmente, no se llevará a cabo, anunció el presidente de la República, Mauricio Funes.
El gobernante dijo que esta ha sido una de las primeras recomendaciones que ha recibido de parte del Consejo Nacional de Energía (CNE), entidad que está funcionando desde el año pasado, pero cuyos miembros fueron juramentados ayer martes.
Funes dijo que el diseño actual de El Cimarrón tiene implicaciones ambientales y sociales negativas, por lo que ha pedido que se rediseñe el proyecto, que se corrijan estos aspectos. “Solo a partir de ese rediseño, el Ejecutivo decidirá si se retoma o no el proyecto… Lo demás es pura especulación”, dijo el mandatario.
El Cimarrón es una presa que se ubicaría entre Chalatenango y Santa Ana, con una capacidad de generación de 261 megavatios, equivalentes al consumo de unas 600,000 familias.
En noviembre del año pasado, Funes aclaró que en la agenda inmediata del Gobierno no se contemplaba la construcción de El Cimarrón, luego que el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Germán Rosa Chávez, anunciara en un foro sobre el agua que esta presa no se construiría.
“Yo estoy esperando a que el Consejo Nacional de Energía, que es una entidad interinstitucional, elabore una matriz energética para que sea el consejo quien me haga una propuesta de si necesitamos o no la presa”, dijo Funes en esa ocasión.
Sí a El Chaparral
El mandatario enfatizó, sin embargo, su compromiso con otros dos proyectos hidroeléctricos: la construcción ya iniciada de la presa El Chaparral, al norte de San Miguel y la expansión de la hidroeléctrica 5 de Noviembre.
Aunque El Chaparral ha enfrentado oposición y críticas de parte de grupos ambientalistas y pobladores de la zona, Funes la mencionó entre las apuestas inmediatas del Gobierno en materia de generación energética.
Estos proyectos, impulsados por la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL), permitirán ampliar la oferta de energía, con 67.5 megavatios adicionales, en el caso de El Chaparral, y 80 megavatios más, en lo que respecta a la 5 de Noviembre. Esta generación adicional conjunta, con capacidad para 147.5 megavatios, representa aproximadamente el 15% de la demanda actual de energía.
Funes dijo que con ambos se logra cubrir el crecimiento en el consumo de energía del país, que actualmente es de unos 900 megavatios, y que, según el Ejecutivo, crecerá a un ritmo del 3% anual.
La CEL, por su parte, aún desconoce los motivos que llevaron a los miembros del Ejecutivo a obligar la pausa. “Definieron que había problemas, como mencionaba el presidente, ambientales y con las comunidades”, manifestó Nicolás Salume, titular de CEL.
Estas son las mismas observaciones que se realizaron a la presa El Chaparral, en Morazán, que ya lleva un 12% de avance. Los problemas con las comunidades aledañas, de acuerdo a Salume, se han ido resolviendo con el tiempo e incluso se han estado implementando proyectos educativos y de reforestación en la zona para crear vínculos con los habitantes. La obra costará $163 millones a la CEL y se ha financiado con préstamos.
Volviendo a El Cimarrón, la hipótesis que maneja Salume sobre la suspensión gira en torno a que el proyecto, por ser de gran magnitud, también es complejo. Se debe desviar un río y crear un túnel de ocho kilómetros.
“No tenemos avance (con la presa). No hemos comprado tierra porque no sabíamos si era factible lo que tenemos”, explicó. Agregó que tienen un diseño de prefactiblidad, que no es el definitivo para arrancar.
Así, mientras el proyecto sigue en sus etapas más tempranas, la CEL tiene tiempo de presentar una nueva propuesta que se ajuste a las exigencias de otros ministros. “Vamos a tomar las medidas e instrucciones que ha dado el presidente en su discurso para rediseñar y plantear”, dijo Salume. “Vamos a tener una reunión con el CNE. Vamos a conocer el problema y a hacer un replanteamiento”. agregó. Volver a emprender un estudio tomará de ocho a 12 meses.
“Existe otro problema, que es el financiero: el costo de este proyecto es muy alto”, explicó Salume. Por el momento, la obra ronda los $1,100 millones, sin una fuente identificada de financiamiento.
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